Mientras se discute si unos u otros son más periodistas que los anteriores, personas poco preparadas y pertenecientes al "famoseo" ocupan sus lugares.
El periodista nace y no se hace, al igual que médicos o abogados.
Aunque si que es lógico y necesario una formación.
Nadie puede negar la necesidad del ser humano de ampliar sus conocimientos y aprendizajes, una formación necesaria para ejercer cualquier profesión.
Muchos son los detractores de la figura del periodista, pero, ¿a qué se debe?, personalidades del famoseo han "rebajado hasta los niveles más infrahumanos" la imagen de los mismos.
El periodista va más allá, es un profesional que informa a los lectrores, radioyentes o televidentes, con la mayor preción veracidad y eficacia, y contrastando siempre las informaciones y fuentes que le llegan.
Un periodista no es el protagonista de una información, aunque muchos de ellos no conciban este concepto. El centro de atención recaé en la noticia y en la importancia de la misma.
Un periodista es un confesor, alguién que nunca revelará sus fuentes, y omitirá todo aquello que haya prometido guardar en secreto.
Un periodista tratará de ser imparcial e informar con la verdad.
El periodismo es más que una profesión, es una forma de vida, una actitud, un sentimiento.
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